lunes, 16 de marzo de 2015

ORIGEN DEL MASAJE DE PINDAS

Desde tiempos inmemoriables el hombre ha cuidado su salud, sabiendo que solo así podía gozar de una vida plena, con sus emociones equilibradas y la mente clara, lúcida, despierta, creativa.
Tenia el dominio del arte de curar a través de los minerales y las hierbas. Los cuales los colocaba sobre las zonas afectada, aveces los hacia con estos elementos en forma directa, otras veces mezclados, otras en formas de emplaste o cataplasma ((mojadas con agua, de mar, de río...) envolviéndolo en hojas de plantas, luego descubrió que si eleva la temperatura de estos preparados, podía aportar calor y también hacer que las hierbas desprendan sus propiedades activas beneficiando más aún su salud; y que sumado a ello, la sensación a nivel de piel, sensorial, corpuscular es mucho más agradable, placentero y que llega a efectos de relajación más profundos, más acentuados, descontracturando músculos y nervios de capas profundas.
Hoy las pindas sugieren dos origenes; uno en la India y otro en Thailandia, aunque no debemos olvidar que el masaje tailandés, tiene miles de años. El prakot (masaje con pindas) que en la actualidad se enseña en los hospitales de los templos budistas Wat Pho y en las escuelas de la salud Chang Mai. Han tenido su origen en el ayurveda porque la cultura de la India nos muestra una antiguedad milenaria dedicados al conocimiento del hombre con relación a su crecimiento interior.
En principio cualquier tipo de masaje podia complementarse con el uso de las pindas, ya que objetivo principal es aliviar la tensión depositada en diferentes zonas del cuerpo y los músculos gracias a las sustancias naturales que se utilizan para proporcionar el masaje, al calor de las pindas y a la presión ejercidas con ellas.





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